Amnesia



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Sujeto dos.
Salgo de la bañera. Me veo reflejado en un espejo. Vaya pintas. Soy castaño, nariz pequeña, cejas despeinadas, ojos achinados, marrones. Demasiado común. Abro la boca, lentamente. Paletos un poco separados. Genial. Bajo la vista. Cuerpo normalucho, no demasiado musculoso. Creo que soy alto, aunque no estoy seguro. ¡Pum! Oigo un ruido fuera. No estoy solo. Busco algo para defenderme. Esto bastará: unas pequeñas tijeras oxidadas. Creo que son para cortarse las uñas de los pies. Algo que no me vendría muy mal. La puerta del baño está abierta. Salgo. ¿Hay alguien ahí? Un pasillo. Puertas a mi derecha, puertas a mi izquierda y, sí, puertas delante de mí. Creo que esto me resulta familiar… No estoy seguro. ¿Hola? Insisto, ¿hay alguien? Una puerta chirría a mi derecha. Sale un chico. Desnudo.  Le apunto con las tijeras. ¿Quién eres? Buenos días, dormilón.

Sujeto tres.
Hay que abrir la puerta, como sea. Mi compañero de habitación (el consciente) no para de abalanzarse contra ella. Sin éxito. Si sigue así se hará daño. Pero allá él. Me he anudado la toalla bien fuerte, a modo de vestido. Me subo al retrete. ¿Qué haces? Oigo tras de mí. Lo ignoro. Extiendo mis brazos hacia la barra metálica que sujeta las cortinas del baño. La descuelgo. Ten. No puedo evitar mirar dentro de la bañera. Ese brazo colgando... era un chico. También aparentaba unos 19 o 20. ¿Y qué hacemos con él? Pregunto. Esperar, si le sobresaltamos se asustará y es posible que nos ataque. Si tú lo dices. Ambos sujetamos la barra. Sincronización. Un, dos, tres. Golpe. Un, dos, tres. Golpe. Una vez más. Un, dos, tres. El cristal de la puerta se resquebraja. Un pedazo cae al suelo. Meto mi pequeña mano por el agujero. Consigo abrir la puerta por fuera. ¡Auh! Me he cortado. Mierda.

Sujeto uno.
Buena idea. A veces soy tan bruto que me olvido de pensar. Y actúo. Me creo el jefe de la manada. Instinto animal, creo que lo llaman. Salimos al pasillo. Silencio. Puertas. No se ve el final. Ni el principio. La oscuridad los oculta. Vamos, digo. Amnesia me coge la mano. Se hace la dura pero está asustada. Un momento. Su mano… Está húmeda. Roja. ¿Cómo...? Pregunto. Me he cortado. Espera aquí, ordeno. Me pareció ver un botiquín en el baño. Lo abro. Está lleno de pastillas. No me detengo a mirar más, localizo unas vendas un poco mugrientas y se las coloco alrededor de la muñeca.
Ya está. Sigamos. Probamos con la primera puerta a la derecha. Se abre. Y entramos… Interior dormitorio. Y vuelta a empezar…


Aclaración:
Sujeto 1. es el chico que despierta primero, Sujeto 2. es el que despierta solo y Suejto 3. es la joven (o Amnesia).
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